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El raton de los Chocolates.

Actualizado: 3 feb 2021

As I mention in the introduction of this blog, some of the entries are going to be in Spanish, this is the first one. I thought about this one in Spanish, I remembered it just like that. I hope you get curious to read that you use a translator, if not let me know. This is part of a series of memoirs that I have from the family farm, food and my childhood.

Hello, Welcome to my personal blog "Kitchen and Letters"

This blog entry talk about a personal anecdote from my childhood, I has named by my stepfather as the Chocolate mouse thief, keep reading to find our more!

Cuándo era niña, mi padrastro con el propósito de controlar la cantidad de chocolates y dulces comíamos “escondía” los chocolates y dulces en un compartimento bajo el lavabo del baño que él hizo con candado. Al poco tiempo, mis hermanos mayores descubrieron que mi brazo delgado y largo cabía por el espacio que había quedado entre la madera y la estructura de cemento. Ellos me suplicaban que metiera mi brazo y sacara lo que pudiera alcanzar. En su gran mayoría eran chocolates, para ser mas especifico Hershey con almendras. Durante nuestros años de adolescentes era nuestra manera de tener una ración extra de chocolates a la semana. Creo que gracias a eso no nos hicimos tan adictos al chocolate como lo es el.

Y fue así como mi padrastro me bautizó como el ratón de los chocolates( y de todo lo demás de comida que faltaba en la casa).

Mi habito no desapareció. Durante toda mi vida me robe los chocolates del congelador de casa de mis papas. Así fueran de Hershey, See's candy, almendras con chocolate, y cualquiera en la que pudiera poner mis manos. Mi visita obligada en la casa de mi mamá era directamente al referí con o sin hambre, siempre fue una manera de decir “Hola estoy aqui”, recuerdo que siempre me preguntaba mi mamá “Tienes hambre?” Y mi respuesta era no “no, solo quería ver que tenias” Obvio siempre sacaba algo. Siempre he sabido comer y eso no es un secreto para nadie cerca o lejos de mi. Puedo comer y hablar sobre temas relacionados con los alimentos como pocas personas que conozco. En casa de mi mamá y mi padrastro jamas falta chocolate, ni en el camper ni en ningún lado donde ellos pasen tiempo. A donde van ellos van los chocolates.

Hace unos días justo antes de Navidad un amigo me pidió de favor que recogiera un paquete y se lo guardara hasta que el regresara, entre el paquete estaba una caja de chocolates Hershey con almendras, el me regalo unos cuantos. Yo por inercia los metí al congelador. Rato después, igual por inercia regrese al congelador por un chocolate. Mis recuerdos de la vida en el rancho, la cocina y el refri regresaron. Extraño mucho abrir ese congelador lleno de chocolates. Extraño mucho tener el hábito de “robar” cualquier chocolate.

Hace justo un año, perdimos la casa/ el rancho donde vivimos cerca de 30 años, no entrare en detalles. Ha sido un año muy emocional sobre todo para mi, y para mi padrastro. También para el resto de la familia, pero curiosamente siento que más para él y para mi. Quiero ser honesta, diciendo que mi relación con el no fue nada buena por muchos, muchos años. Me atrevería a decir que fue solo el último año antes de perder el rancho que nos dimos cuenta que la vida nos había acercado para tener que depender uno del otro y nada más. Pero sobre todo para soltar todo aquello que ya no importaba.

Los dos vivimos el rancho con gran intensidad. Para el el rancho era su espacio, su sueño, su filosofía, su pedazo de cielo en la tierra. Amaba ese lugar como pocos. Era el lugar para su familia, que poco a poco fue creciendo. Era el espacio donde mi mama y el fueron libres, donde nosotros crecimos. Donde celebramos casi 30 navidades. Siempre supusimos que el rancho estaría allí. Siempre pensamos que todos envejeceríamos en el.

El último año el rancho mi mamá vivió en USA, por lo tanto el y yo, vivíamos solos. Los dos dependemos de que las cosas siguieran funcionando, legalmente estábamos unidos por los derechos del lugar. Y fue eso que sin querer aprendiéramos a comunicarnos, que tuviéramos que hablar y relacionarnos.

Para mi el rancho representó tantas cosas que sería muy largo describirlas aquí, lo más importante y esencial es que fue el inicio de un gran romance con los alimentos. Allí fue donde tuve mi primer contacto con la tierra, que es el inicio de cada alimento. Por hoy lo dejaré allí.

Solo se que no hay coincidencias, justo tres días antes de cumplir 1 año fuera del rancho me regalaron una razón más para pensar en un lugar que se volvió icónico en mi vida, que fue parte importante de mi identidad como persona. Y la simple acción de abrir el congelador me regreso a tantos episodios de toda mi vida. Siempre abrí el congelador para encontrar chocolates. Eran felicidad doble, el hecho de no dejar de sentir que tenía que robarmelos como cuando era niña me permitió nunca crecer. Creo que es de esos privilegios que se tienen por ser la menor de la casa.

Hecho de menos el olor de casa, el olor del rancho, el refri lleno de chocolates Hershey o See's Candy o almendras con chocolate.

La vida está hecha de momentos, y si son momentos alrededor de la comida son siempre los mejores momentos.

Gracias por leerme| Thank you for reading

In good food,

Iliana Lanuza.

 
 
 

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